viernes, 24 de junio de 2011

HASTA EL FIN DEL MUNDO

¿Cuántas veces hemos leído, oído, pensado en y sobre el apocalipsis? ¿Por qué tendría que haberlo? Wim Wenders ya lo planteó a su manera, de diversas maneras. Pero hay una que siempre me dio vueltas y que termina en cierta medida siendo una metáfora. Es lo que llamaría egoapocalipsis. En Bis ans Ende der Welt (Until the end of the world) la hiperconectividad que ya estamos viviendo se traslada al futuro.

Es impensable poder esconderse (como en Enemigo público -Enemy of the state-). Todos podemos ser observados por todos, todo el mundo ve a todo el mundo. En cierta medida Wenders veía así al futuro, y lo plasmó hace 20 años. Hoy todos nos sometemos a ello. Las redes sociales son tentáculos de los que no podemos zafar. ¿Bienvenida la hipercomunicación?
Como en todo, el abuso puede dañar. ¿Será este el comienzo del fin? Al menos es, sin duda, el fin de la vida como la conocíamos hasta no hace mucho.